Cómo evitar la oxidación en los cubiertos de acero inoxidable

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¿Manchas marrones en tus cubiertos? ¿Puntos de óxido? ¡Qué no cunda el pánico! No serás ni el primero ni el segundo que se da cuenta de esta situación al sacar sus cubiertos del lavavajillas. Y es que, aunque los cubiertos de acero inoxidable están diseñados con materiales muy duraderos y resistentes, también pueden llegar a sufrir oxidación si no se cuidan adecuadamente o no realizas unas buenas prácticas de limpieza al utilizar el lavavajillas. Por ello, desde Arcos queremos explicarte por qué los cubiertos pueden tener óxido con el uso del lavavajillas y, lo más importante, qué debo hacer para quitar el óxido de mis cubiertos, cuberterías o incluso juegos de cubertería enteros. ¡Toma nota!

¿Por qué se oxidan los cubiertos en los lavavajillas?

Frente a lo que puedas llegar a pensar, lo cierto es que los cubiertos hechos con “acero inoxidable” pueden acabar oxidándose. Lo sabemos, suena bastante contradictorio, pero la realidad es así.

El acero inoxidable contiene un cromo. Para que nos entendamos, es un componente que forma una capa protectora que lo hace bastante resistente a la posible corrosión. Sin embargo, hay ciertos factores que pueden llegar a dañar considerablemente esta capa y provocar la aparición de esas terribles manchas o incluso óxido. Nos referimos a:

Excesivo uso de detergente o detergentes que sean muy agresivos.
Acumulación de sal o restos de comida durante bastante tiempo en los cubiertos antes de que se laven correctamente.
Contacto prolongado con el agua dura. Un agua que tiene un alto contenido en minerales.
Contacto directo con otro tipo de metales durante el ciclo de lavado, por ejemplo con otro tipo de utensilios de cocina.
Ambientes húmedos bastante prolongados, como dejar los cubiertos dentro del lavavajillas una vez que se haya terminado el ciclo sin secarlos a tiempo.

Sabiendo que estas prácticas no son buenas para los materiales de nuestros cubiertos, lo único que tenemos que hacer es no repetirlas y tener cuidado con ellas.

Quitar óxido de los cubiertos, ¿qué puedo hacer?

Sabemos lo que te estás preguntado: y si ya he encontrado mis cubiertos oxidados, ¿hay alguna manera de poder retirar ese óxido o tendré que dar por perdida mi cubertería? ¡Para nada! Existen varios trucos, algunos de ellos te los vamos a compartir hoy, que pueden ayudarte con creces a recuperar el brillo casi inicial de tus cubiertos. Toma nota que son muy sencillos de poder poner en marcha:

Vinagre blanco y bicarbonato: un clásico de toda la vida. Mezcla ambos ingredientes y frota bien los cubiertos con un paño suave o un cepillo de dientes. Déjalo actuar durante unos minutos antes de volver a enjuagar con agua tibia.
Limón y sal: otro truco de toda la vida. El ácido del limón combinado a su vez con la acción abrasiva de la sal pueden llegar a ser tu mejor aliado contra la oxidación. ¿Quieres verlo? Pues frota bien, deja reposar y aclara al finalizar.
Productos específicos antióxido: si lo que estás buscando es una solución muy rápida y potente, nuestra recomendación es que optes por el uso de productos desoxidantes suaves aptos para este tipo de materiales, entre ellos el acero inoxidable. Eso sí, úsalos siempre siguiendo paso a paso las instrucciones del fabricante.

Una vez que finalices con el proceso de limpieza y recuperación de tus cubiertos, recuerda que tendrás que secarlos muy bien. Puedes ayudarte con un paño suave. No dejes nunca que se sequen al aire, ya que el agua estancada puede volver a provocar la aparición de manchas. Haznos caso de esto, tenemos bastante experiencia.

Cómo evitar que salgan manchas en los cubiertos y se oxiden en el lavavajillas

La mejor forma de que no se oxiden tus cubiertos es la prevención. Estos son algunos consejos prácticos que te servirán para poder mantener tus cubiertos en perfecto estado al igual que el primer día de uso:

Aclara los cubiertos antes de meterlos en el lavavajillas, sobre todo si tienen restos de alimentos ácidos como pueden ser el tomate, el vinagre o la mostaza.
Evita sobrecargar el lavavajillas. Si los cubiertos están muy juntos, el agua y el detergente no circularán correctamente y, por lo tanto, no se limpiarán como deberían.
Coloca los cubiertos con el mango hacia abajo (excepto los cuchillos, por seguridad). Esto mejora con creces la limpieza y el secado.
No mezcles metales distintos, como cubiertos con ollas de aluminio. La reacción entre metales puede favorecer la aparición de esta dichosa corrosión.
Utiliza siempre sal específica para lavavajillas y asegúrate de que el depósito esté completamente lleno.
Abre la puerta del lavavajillas al terminar el ciclo para dejar que salga el vapor y evitar así la condensación excesiva.
Sécalos a mano si notas que siguen húmedos, sobre todo si no vas a guardarlos inmediatamente. Esto puede parecer una tontería, pero es bastante clave.
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¿Cómo cuidar tu cubertería a largo plazo?

Además de seguir cada una de las pautas que te hemos indicado hace unos segundos, si lo que quieres es que tus cubiertos te acompañen durante muchos años es importante que los guardes siempre en un lugar seco. Si puede ser con ayuda de fundas o separadores de alta calidad. Ocasionalmente, recupera el brillo natural de la cubertería al pulirlos con un paño de microfibra.
Si en tu caso los utilizas, como se suele decir, de “pascuas a ramos”, échales un vistazo de vez en cuando para así asegurarte de que no haya aparecido el óxido a causa de la humedad ambiental.
Ya sabes, con estos trucos podrás mantener en perfecto estado tus cubiertos. Y si ves que es imposible, pues aprovecha y renueva tu cubertería en Arcos.